Lady Gaga - The Fame Monster (2009)


Uno de los clásicos recientes es este disco de la estadounidense Lady Gaga, que retoma las enseñanzas del Glam Rock para reinventarlo en pleno siglo XXI, creando otro personaje para la antología del pop, como Bowie, Michael Jackon o Prince. Con una sonoridad muy actual y una imagen cuidada hasta el último detalle, nos recuerda lo que nunca debe dejar de ser  el rock: espectáculo. Da igual donde empieza el personaje y donde acaba la persona, unas grandes canciones encabezadas por "Bad Romance", "Alejandro" o "Telephone" (con unas armonías increíbles en el estribillo), esconden verdaderas joyas que demuestran el talento de la compositora: "Speechless".


Red Hot Chili Peppers - Blood Sugar Sex Magic (1991)


Pocas bandas tienen la capacidad de crear un sonido que exprese tan bien la energía del Rock en su estado más puro. A partir de una original mezcla de rock, punk, rap y heavy, esta banda californiana lo lleva consiguiendo desde sus inicios, muestra de ello es este disco repleto de furia, pasión y rabia que aún hoy día sigue asombrando por el talento de sus miebros, entonces veinteañeros, y de como fueron capaces de crear ya verdaderos clásicos como "Under the Bridge" o "Give it Away". También marca el punto de partida experimental de uno de los grandes guitarristas del rock: John Frusciante, justo antes de su muerte y transfiguración.


U2 - Achtung Baby (1991)


Un giro de 180º permitió  a la banda Irlandesa U2 reinventarse a si mismos con un puñado de grandes composiciones abanderadas por la guitarra de The Edge y la voz de Bono. El disco se caracteriza por unos arreglos muy originales, con una sonoridad cercana al rock alternativo e incluso electrónico, y por intentar plasmar en una misma idea la música y la estética, consiguiendo crear no solamente un disco sino un 'concepto musical' que cogía todo su esplendor en directo, en la llamada gira 'ZOOTV', con una espectacular puesta en escena donde la escenografía, el vestuario y las canciones formaban un mismo concepto operando a distintos niveles.


John Mayall - Bluesbrakers with Eric Clapton (1966)

Disco a estudiar para cualquier guitarrista y amante del rock, ya que es una especie de recopilación de grandes clásicos del blues-rock versionados por un inspirado Mayall y un Eric Clapton inventando la distorsión, poniendo el ampli a tope y grabando en una habitación a parte. Todo para conseguir uno de los sonidos más asombrosos que se han grabado en un estudio. El álbum está repleto de grandes clásicos pasados por el buen gusto de los ingleses, quienes se dieron cuenta de todo el potencial que escondía aquella música que venía del otro lado del océano.


Pink Floyd - Dark Side of the Moon (1973)

Disco clasicote que no falta en ninguna lista, aunque a mi entender un poco sobrevalorado. Es cierto que marca un antes y un después en la forma de entender la producción de las canciones, utilizando técnicas novedosas para su tiempo y acercándose a lo que tiempo después serían los loops y los samplers, pero este alarde tecnológico se 'come' a veces la calidad de las canciones, en exceso sobrecargadas y demasiado complejas para lo que tiene que ser un disco de rock, cosa que lo hace un pelín pesado para escuchar entero. Por otro lado tiene verdaderos clásicos atemporales como "Money" o "The Great High in the Sky".

Supertramp - Breakfast in America (1979)

Uno de los grandes clásicos de los 70 este este "Breakfast in America", del grupo británico Supertramp, liderado por un inspirado Roger Hodgson, quien firma las mejores canciones del álbum gracias a su asombrosa voz y su capacidad para crear originales armonías que mezclan a la prefección la técnica y la emoción. El grupo hacía un pop muy sofisticado para la época, utilizando intrumentos poco habituales del género como el saxo o la harmónica, concediéndoles un gran protagonismo dentro de las canciones. Es un buen ejemplo del llamado rock 'progresivo', pero en su vertiente más comercial. Cuatro de sus canciones son clásicos imprescindibles: "The Logical Song", "Breakfast in America", "Take the Long Way Home" y "Goodbay Stranger".

Alanis Morissette - Jagged Little Pill (1995)


Uno de los grandes discos de los noventa es esta descarga de energía de la canadiense Alanis Morissette, una desconocida hasta entonces que ya había editado dos álbumes de estudio del género dance-pop sin mucha repercusión pero que, una vez renegado ese estilo, se soltó la melena para destaparse como una brillante compositora y original letrista, para dar lugar a un fenómeno que en pocos años logró vender 30 millones de discos y revitalizó el género para otras cantautoras-rock que salieron de su estela.


Screamin' for My Supper - Beth Hart (1999)


Aquí tenemos otro caso de artista casi desconocido fuera de sus fronteras pero con un gran talento creativo. Seguramente es por hacer un rock  típicamente americano. Con una sonoridad que entronca directamente con el mejor blues-rock de los setenta, esta cantante de Los Ángeles consigue crear unas canciones poderosas ya sea con baladas o con el rock más puro, con una prodigiosa voz y un gran dominio del piano. El disco está lleno de grandes temas: "Just a Little Hole", "L.A. Song", "Get your Shit Togheter", "Skin" o "Mamma" son una muestra.



The Final Countdown - Europe (1986)


A mediados de los ochenta aparecieron una serie de grupos de largas melenas enlacadas y pintas heredadas del peor 'glam rock' de los setenta, que se englobaron bajo la denominación 'heavy pastel' por intentar conjugar la dureza del heavy con la amabilidad del pop. La mayoría no hacían ni lo uno ni lo otro, pero de entre todos destaca muy por encima este álbum, conocido sobretodo por la famosa canción que le da título pero que esconde un puñado de increíbles composiciones con una perfecta interpretación vocal del cantante y compositor Joy Tempest.

Canciones - Duncan Dhu (1986)

Otro gran disco de los ochenta españoles fue este 'Canciones' del grupo de San Sebastián Duncan Dhu. Es una muestra que con pocos medios pero con talento se pueden hacer grandes cosas. Unos arreglos sencillos y una producción a la medida, que supo captar muy bien el espíritu melancólico de las canciones, con una sonoridad austera pero al mismo tiempo agradable de oir, consiguen mantener aún hoy vivo el álbum. Destacan las canciones 'Cien Gaviotas', 'No puedo evitar (pensar en ti)', 'Jardín de Rosas' o 'Esos Ojos Negros'.